Tomino

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martes, 29 de diciembre de 2015

¿Es el BM patrimonio cultural de un pueblo?









Me preocupa que la respuesta a esta pregunta sea afirmativa y esté dada por hecho. Más alarmante es cuando escucho a alguien de mi país asumiéndola con cierto gesto de resignación. Porque es ahí cuando consumados imbéciles de otros lugares del mundo emiten opiniones racistas acerca del BM que hacemos en México. Por fortuna sólo he tenido un par de experiencias virtuales de esa índole, las cuales me motivaron a transmitir esto que les quiero decir hoy. Por lo general la respuesta que he notado desde otros países hacia mi música y hacia el BM mexicano, es de creciente apoyo y admiración. Pero nunca faltarán excepciones, como un youtuber que me confrontó exclamando que cómo osan los mexicanos tocar un género que no les corresponde. O aquel que supuso que el nombre de mi proyecto, al estar completado por el sustantivo wolf, implica insinuaciones raciales que debería considerar. Pareciera que lo que está diciendo es que sólo las bandas arias tienen permitido portar tal designación. He machacado hasta el cansancio que cuando yo hablo de lobos lo hago de una manera, si quieren verlo así, filosófica. ¿Pero qué va a entender un simple metalhead de eso? Alguien que no se interesó en leer mis letras y simplemente por tocar BM en un estilo ciertamente primitivo pensó que estaba tratando de imitar la propiedad artística de otros. Menudo idiota. 


Verán, estoy de acuerdo en que por sentido común es ridículo que un sujeto, con un porcentaje racial encabezado considerablemente por sangre indígena, negra, etc. haga un proyecto de BM y diga “con tu martillo, Thor, aplastaré a los impuros”. El problema es que la enunciación ideológica que sostiene la posibilidad de ese absurdo, tiene efectos más fuertes de lo que aparenta. Contiene, entre otras cosas, el imperativo de una identidad. ¿Qué significa esto? Que si te ves ridículo creyéndote hijo de Thor siendo latinoamericano, lo coherente, serio y adecuado para ti es que toques cumbia y salsa. Ahí debería radicar tu verdadera identidad, diría la vox populi. Eso por sí mismo también es un error. ¿Quién eres tú para dirigir las identificaciones de los demás? Si de hecho, las propias, son inconscientes. Es decir que el concepto de identidad puede llegar a ser contraproducente, porque no erradica el racismo, incluso me atrevería a decir que lo sostiene.


Por eso en uno de mis videos de la subversión del BM digo algo que haría menester aclarar: que si alguien considera que la manera de hacer BM mexicano auténtico es volviendo al paganismo indígena está, de algún modo, aceptando la naturalidad del BM noruego y extrapolándola a su contexto de manera metafórica. Y está bien, pues respeto y aprecio muchísimo la calidad artística de muchas bandas de BM prehispánico. En lo único que llamo la atención es en que no adoptar algo que pareciera ser propiedad de otros, es dar la razón de que efectivamente es su propiedad. Eso es algo que me gustaría cuestionar. No me estoy refiriendo a los dioses, sino al sonido. Claro que hay cosas que contrastan con nuestro contexto, es decir, como ejemplo, acepto que no podría existir el concepto Immortal en México, porque sus letras hablan de Noruega y de su misticismo. Pero fíjense que dije el concepto Immortal; pero la música, ella es otro asunto. Aunque pareciera estar amalgamada completamente a su significado, sabemos que la música es más bien significante. Para decirlo fácil: la música BM puede ser tocada en México sin entrar en ninguna contradicción étnica, de la misma puta manera en que cualquier blanco puede tocar jazz. Obviamente cuidándose de no copiar; porque no es lo mismo copiar a tocar un género que ya existe: si fuera así, cualquier músico sería un simple imitador. Por otro lado, la ideología del BM no se reduce a nieve, bosques y neblina. No alcanzo a concebir la ingente estupidez que corroe el pensamiento de quien diga lo contrario. Más todavía: quienes han hurgado suficiente en la esencia del BM sabrán que consiste en múltiples vacíos, a los cuales responden creaciones en cualquier parte del mundo. Jamás invitaría a nadie a imitar lo que hacen bandas en Europa, mas no hay manera de espulgarnos totalmente de influencias. De la misma manera en que el BM tuvo influencias, y ellas no le quitaron singularidad. Así, cada quién tiene que encontrar su propia manera de innovar. En mi caso lo hago abordando ciertas temáticas, con un toque de ironía pero con la seriedad de una teoría. Psicótica, sí, pero se sostiene. Quienes lo hacen al estilo pre-hispánico, total apoyo, los que lo hacen de otra manera, también. Pero que lo hagan. No niego que el origen cronológico del BM esté situado en ciertos países escandinavos, ellos ciertamente lo inventaron, pero yo propongo redefinirlo. Creer que los inicios del BM fueron el único verdadero BM como tal, es estar buscando el Edén perdido por la marca de una clase de “pecado generacional”. Esa sí que es una contradicción con el espíritu del BM. 


No participemos ya de la idea de que nosotros sólo hacemos tributo de algo que es patrimonio de otros, alcemos la voz por nuestra manera de hacer ese arte, y defendámosla ante las ratas racistas. 


(Pronto versión traducida al inglés). 



-Chaoswolf

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