Tomino

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viernes, 25 de julio de 2014

Postulados fundamentales para la subversión del BM

Postulados fundamentales para la subversión del BM 

Temas:
Introducción: ¿de qué se trata el Orgenlatém?
BM e ideología
Música y significante
Redefiniendo la muerte
Black-hipsterismo
Moebius y la escena
El fantasma de Satán
De las máscaras
Referencia a Famine de Peste Noire


Este texto apunta a ser leído como un acercamiento al pensamiento de Chaoswolf y su propuesta de re-flexión acerca del BM, la cual cuestiona, problematiza y finalmente subvierte lo que se ha entendido por BM, teniendo como finalidad ocasionar efectos en  la triste linealidad en la que se le ha encasillado, efectos de los más diversos, pues no se trata de sostener dogmas e ídolos, aunque ciertamente tampoco encunarse en una negación absoluta, en un nihilismo decadente que sólo lleva a un estancamiento. Se trata de pensar el BM, porque sentirlo, con pasión extrema, es más bien el camino al ilusorio sentido de pertenencia que vemos proliferar cuando la música está en juego como instrumento ideológico. Pensar no significa caer en el pensamiento ilustrado, que centraría a la razón como aquello que unifica, que guía, que toma las riendas de las pasiones. Pensar lo entendemos aquí como plantear los límites de esa razón, en aquellos en los que el pensamiento surge rebasando el supuesto dominio del "yo", pensar aquí apunta a darle forma a lo que no la tiene, a escribir lo imposible, a un pensamiento en tensión con lo impensable. En ese sentido los límites que imponemos no son kantianos sino nietzscheanos. De lo que se trata es de articular los elementos que nos brindan la filosofía y el psicoanálisis con aquello que es nuestro objeto, el BM. Esto supone poder abordar el problema incorporando la lógica del inconsciente, inconsciente no como el depósito de las más perversas y profundas aspiraciones instintivas, sino como una lógica que se estructura al modo de un lenguaje y que nos sobrepasa, nos sitúa, nos habla antes de ser hablantes y que está en función del deseo en tanto éste nos tiene. Poner esta lógica en mesa implica hacer de lado al yo y a la conciencia de la que está encargado, para cuestionar que no somos lo que creemos que somos.


El BM es ideología. Pero más aún: la ideología no es algo que se posee, la ideología interpela a los individuos como sujetos, como plantearía Althusser. La ideología es inconsciente. Por eso he dicho que uno no está en el BM por ser más pensante, más maligno, o por estar predestinado al culto profano; no, es más, ¡la experiencia nos demuestra lo contrario todo el tiempo! ¿Más pensantes? Tan sólo podría remitir a un par de entrevistas de bandas de BM, para poner en duda eso. ¿Estar en el BM porque el BM es expresión de la maldad, de la destrucción y del terror? ¿No han logrado diferenciar al BM del terrorismo fundamentalista o del hip-hop gangsta? Algunos dicen que sí, cuando sólo agregan que el BM es profundo y, claro, tiene una mejor estética. Por supuesto que en nuestra comprensión, la cosa no se reduce a semejante simpleza. El BM es una ideología que captura, y desde mi postura, en el BM habría que asumir esa dimensión y llevarla al extremo del sin-sentido radical.


Ahora, la música funge como significante, ¿qué es un significante? Un significante es lo que representa a un significante para otro significante. F. de Saussure proponía entender al signo linguístico dividido en significante y significado; ejemplo, "perro" es un significante que remite a pensar en un animal cuadrúpedo, mamífero, generalmente doméstico, etc. Pero si yo digo "el perro de Raúl", Uds. pueden entender muchas cosas. El significante no está pegado al significado, más bien, remite a otro significante y así sucesivamente. El significante da cuenta de que haya cosas que tengan tanto significado para algunos y sean una estupidez para otros, y no sólo entre uno y otros, sino entre uno consigo mismo en el transcurso de su historia. Un ejemplo que me gusta mucho: alguien pone a escuchar a un tipo a una banda que le desagrada mucho, Calvarium Funestus, pero sin decirle que es esa banda, el tipo reacciona con admiración, "wow! Qué chingón suena!", luego se le dice el nombre de la banda y casi se vomita. Lacan, propone su lectura de la fórmula de Saussure, poniendo con mayúscula al significante y con minúscula al significado, reforzando la barra que los divide. En el caso mencionado, el significante CF logró sobreponerse al efecto que la música como significante estaba logrando en esa persona y convertirlo en su opuesto. 

S                    Significante 
_                     Barra (lo inconsciente)                
s                    Significado 

Estamos situados en el ámbito del lenguaje. La música es producto del lenguaje, es una operación que está en función al vacío que a menudo llamamos silencios, sin silencios no hay música, la música viene a generar un encadenamiento de sonidos que adquieren cierta forma, y el producto final dependerá del lugar donde se va a situar esa melodía, puede ser el lugar incluso de una subversión dodecafónica. Pero no está por fuera de la ideología, más bien se sitúa en relación a ella, aunque, como todo arte, tiene una parte que apunta más allá, o diríamos, más acá de la ideología, a su núcleo "oscuro", lo real, que podríamos representar vagamente con el sonido de la estática de un televisor antiguo a todo volumen. ¿Esto quiere decir que bandas con un sonido horrible, como muchos demos de las LLN, o música noise, estén más cerca de lo real? Podría ser que el sonido vaya encaminado a algo por el estilo, pero la simbolización del sonido mediante la parafernalia estética que le abraza le hace ser un género frecuentado y escuchado por muchos, lo cual no lo hace malo, ni comercial, simplemente nos demuestra que la música nunca es sólo música, necesita de ropajes ideológicos que hacen que incluso si suena culera con ganas, pueda fascinar a los escuchas. 


El Black Metal nace cuando muere. Entendamos esto: no es que esté muerto en un pasado verdadero que jamás alcanzaremos, ni que esté vivo eternamente en la llama de los corazones blackers, la frase dice: la condición de existencia del BM es su muerte, por lo tanto es una ex-sistencia. Su muerte no es un descanso, un cese de las tensiones, esa definición de muerte al puro estilo de bandas suicidas/depresivas no tiene lugar aquí; la muerte de la que hablamos es empuje constante, ¿hacia dónde? No lo sé, pero donde sea la meta, ahí justamente no se va a quedar quieta. La vida es un fenómeno mortal, una enfermedad de transmisión sexual, la vida se propaga en los cadáveres, la vida arrasa individuos que al nivel de la especie no importan, por eso el BM también es vida, no un estilo de vida, es vida en el sentido traumático del término: súbito y excesivo. Por eso el BM no es un género para fanáticos o metaleros cualquiera, es un género que ni siquiera tendría que ser escuchado por mero gusto o disfrute, a no ser porque a su vez conlleve una cuota de odio y desprecio que nos compete; por eso no podría concebir mi interés por el BM sin toda esa gente estúpida que me anima a dar cuenta de que el BM no es lo que han hecho de él, un circo de payasos que se proclaman muy serios y elevados. "El que ama ansía crear, porque desprecia, ¿qué sabe del amor aquel que no ha tenido que despreciar precisamente lo que amaba?", una frase puesta en boca de Zarathustra: ¿será que ya haya llegado el momento de saber despreciar al BM? 

Pero los caminos son difusos y con frecuencia generan confusión: pensemos en aquellos "posmodernos" que consideran que el BM ya fue, que todo ahora es una copia y por lo tanto hay que hacer "posblack", combinarlo con shoegaze, hacer blackgaze, post black-rock, etc. No digo que esas nuevas tendencias sean una mierda, incluso hay bandas que considero buenas, sólo hago notar que eso no tiene nada que ver con la subversión del BM. ¿No se dan cuenta de que el post-black es, de hecho, lo más homogéneo en la actualidad? Más bien esa tendencia desvía la atención creativa hacia otros lugares, porque si de algo hay urgencia en el BM hoy, y con énfasis, en México, es de innovación. Pero innovar no es sinónimo de volverse "hipsters", es más bien proponer en el BM mismo. Cuestionar su lugar, puesto que es un no-lugar. No es volver al "truismo", es darse cuenta que la actitud cínica hacia tal es la que está funcionando ideológicamente hoy. La ideología ahora está fabricando "black-hipsters" ("posblackers") nombre jocoso para aquellas personas que creen que están revolucionando el BM y trascendiendo lo "true", pero en realidad ellos están ocupando ahora ese lugar vacío de la verdad, proporcionado por el relativismo de la época, cuya prerrogativa pertenecía a los ya conocidos "trues", y que es una simple suplencia.
Existe la paradoja del lobo estepario, aquel que se aleja del rebaño, pero luego se da cuenta que hay otros diez que pensaron lo mismo, y ya se encuentra en otro rebaño: por ende, no es cosa de alejarnos de la escena e irnos a la cueva oscura, con otros cuarenta misántropos, es cosa de poner en tela de juicio el adentro y el afuera. Por ello mi relación con la escena tiene la siguiente estructura:


banda de Moebius 

Las bandas de post-black, al situarse "después", se asumen más bien como siguiendo una linealidad, en la cual el BM -desde nuestra sentencia paradójica de que nace donde muere- no tiene nada que hacer. Pensar el tiempo en términos lineales ha llevado a mucha gente a creer que por haber vivido determinada época, los hace superiores y viceversa, si eres alguien que nació en otra época, ya no podrás ser verdadero jamás, a menos que te desprendas de tu época y te sitúes en otra -con ayuda de la internet en muchos casos. Aquí, en cambio, lo que nos importa es que las épocas están vacías de sentido y sólo de manera futura se les empieza a construir uno. De tal modo que, si lo pensamos más a fondo, la escritura del BM está en nuestras manos en el tránsito, no en un supuesto inicio.


El BM es una praxis de la discordia. Discordia contra el cristianismo, adoptando posteriormente otras estatuas que iban a sustituir a las caídas: paganismo y satanismo, que también pueden ser entendidos como una sola y misma cosa. Satanás para nosotros es un nombre, el nombre-de-Satán, ya que Satán nombra también, nombra la oposición. No es exactamente un símbolo, como lo entendería Lavey, el nombre es algo más complejo, es algo que nos porta. Tanto en un sentido bíblico como anti-bíblico, Satanás se presenta como aquello que desestabiliza un determinado sistema, sólo que en la Biblia también tiene una función positiva, es una condición positiva de Dios, aquello que apunta a su deseo; es decir, a que Dios no es perfecto. Es un reminiscente pagano, porque carga con la imperfección de los dioses, puesto que si en verdad Dios fuera perfecto, no habría creyentes. "Credo quia absurdum", decía Tertuliano. En el caso del satanismo no-bíblico, al percibir una subordinación de Satanás con respecto a Dios, se tiende considerarse como un libro de mentiras, diría Enthroned, una especie de amarillismo hacia "el mero mero". Pero la cuestión es que Satanás nos sirve aquí para articular al BM con un fantasma; eso que yo llamo el fantasma de Satán, es decir, que Satanás, igual que Dios, han muerto, pero cuando algo muere no acaba, sino que a veces la ausencia hace más presencia. Considerar que hay fantasmas en el BM ayuda a entender los efectos: un constante apego a lo religioso (re-ligarse, unirse de nuevo con el finado), incluso, válgame Dios (!), esa blasfemia que es el White Metal. En tanto, como dijimos, la música es significante, es que podemos entender semejantes fenómenos. 

El BM es un panteón, un cementerio de dioses, cuyo vínculo con la estética correspondiente está presente: las botas, el cuero, los picos, incluso las producciones musicales, tienen ese toque que podemos llamar necro, y en tanto la negrura apunta a una ausencia de luz, no deja de tender a la ausencia más radical de todas: la ausencia de vida. De esto se infiere que el BM tenga que ser un culto a la muerte, un tanatismo que no tarda desembocando en fanatismo, pero ¿no es que acaso la muerte ya le precede? ¿No son los ansiosos intentos de simbolizar a la muerte una consecuencia de la muerte misma? Es decir que el BM es un luto en tensión constante, un funeral eterno, un templo de palabras muertas. 


Hablemos del corpse-paint, maquillaje de cadaver. Sabemos que no es necesario portarlo para tocar BM, pienso un ejemplo, Storm of the Light's Bane de Dissection, y que lo contrario no es menos verdad: hay bandas que lo utilizan y su BM es dudoso, es plástico, coquetea con el death de un modo descarado, en música y letras. Pero el corpse-paint no deja de ser una suerte de emblema en el BM, su distintivo, pues se trata fundamentalmente de una máscara. A menudo se confunde al BM con hiperrrealidad, con parafernalias que crean una realidad de expresión de maldad que se propone como realidad en sí, en cuanto al BM se refiere. La tecnología sirve de mucho: se generan efectos por computadora para su música o para su imagen que hacen lucir ultra true al mismo tiempo que trazan la línea de lo que no lo es. Pero trayendo a reflexión el corpse-paint, lo que ponemos en mesa es el asunto de la máscara. Normalmente se piensa la máscara como lo falso, la cara detrás como lo verdadero, concepciones de ese tipo se entierran en el infértil debate milenario sobre quién es más auténtico, más true, más malvado, etc. 

Cuando un niño pequeño se angustia y llora, porque no puede reconocer que aquel que trae puesta esa máscara de monstruo es su queridísimo padre, está siendo sincero. Lo que el niño demuestra es que la máscara tiene su efectividad propia, cuando crecemos y nos vamos inmiscuyendo en las teorías desarrollistas, evolucionistas, que rigen nuestra cultura, creemos que nos volvemos más auténticos, nos vamos olvidando que las máscaras no desaparecen, que siguen puestas cuando menos lo pensamos. A nivel social pareciera que somos más falsos, hay que decir "buenos días" aunque nos esté llevando el carajo, hay que fingir todo el tiempo, etc. Pero esas máscaras rigen nuestra vida sin que lo tomemos en cuenta: si en un momento algo se sale de ese contexto, supongamos que de pronto alguien comienza a actuar como loco, gritando y golpeando a todos en la oficina, nuestra reacción con respecto a nuestra máscara de humano civilizado pesa bastante. Por eso las máscaras no son falsas, tienen su verdad propia. Lo contrario también da en el clavo: el nivel que creemos más auténtico, es decir, el nivel psicológico, la voz de la conciencia con la que a menudo platicamos a solas; eso pareciera ser el nivel más profundo y real del ser: falso, es exactamente allí en donde nunca existe un acuerdo sobre qué somos (-"quién soy?" -"Soy yo" -"¿El que pregunta o el que responde?", en donde las fantasías diurnas se dan juego libre, donde más nos mentimos a nosotros mismos, en donde podemos notar que el ser se divide entre una voz que habla y una conciencia que escucha, esa relación no deja de estar atravesada por el Otro en tanto tesoro de los significantes.

Ahora, por supuesto que alguien me preguntará: ¿qué pasa entonces cuando de lo que estamos hablando es de una máscara sobre máscara? O sea, el corpse-paint en tanto máscara puesta sobre aquel estúpido disfraz de humano, como diría Frank, el conejo que se le aparece a Donnie Darko. Resulta que la máscara que se sobrepone podría tener la función de des-identificarnos con nuestra máscara cotidiana, a tal grado que Dead murió con el corpse-paint puesto, no es cualquier cosa. Abbath de Immortal dice que el corpse-paint expresa demonios internos; cierto, y es que más bien, nunca estuvieron adentro si no fue debido a su externalización. Por eso reitero, la máscara no es falsedad, ¿qué hay detrás de la máscara? Es la verdad de la máscara misma: no hay nada. La nada que se esconde detrás de toda forma es lo que le confiere a la forma su poder, para crear, en determinado caso, contenidos (psicológicos, como el ser bien true en el fondo, etc.). 

Siguiendo el ejemplo anterior: Cuando el bebé llora sabe que su padre ha desaparecido por completo, a pesar de estar detrás de la máscara, cuando uno trae el corpse-paint puesto, somos nosotros los que hacemos desaparecer a la persona que somos y nos convertimos en otro nombre. 
En la página del sello de La Sale Famine de Valfunde (Peste Noire), llamado La Mesnie Herlequin aparece una entrevista a Peste Noire muy interesante, la cual recomiendo que lean. A pesar de las respectivas discrepancias que tengo con el pensamiento nacionalista, etc. me parece que lo que allí plantea Famine tiene elementos en común con lo que yo he escrito en su momento. Su forma de atacar al purismo, a los blackers y a su fantaseo, al mismo tiempo que posiciona su elaboración sobre el BM como lo auténtico, me hace reconocerlo como un subversivo. Por eso para terminar este apartado, y con relación al tema que venimos trabajando, voy a citar un pequeño fragmento de Famine: 

There is a good and a wrong "mask". 1° Real possession, transference, the Id which manages to become real (mechanics of psychosis), transference which becomes real in the work of art. 2° Charlatanism which consists in pretending one owns a secret, that one is someone else, without believing it oneself. That is the case for some 90% of BM bands. The cause for my BM: becoming MY desire, being my desire. The cause for theirs: being YOUR desire, pretending.


El carácter ficticio de toda identidad está presente, no hay una cara real, una no-máscara. Pero más importante, la buena "máscara" estaría relacionada con las psicosis, no en el sentido psiquiátrico sino psicoanalítico; es decir, la dimensión propiamente psicótica de la definición del Ego (i. e.: creerse idéntico a sí mismo, y sin olvidar que ya Freud nos dijo que su fuerza proviene del Ello), la cual al mismo tiempo se encuentra en tensión en tanto es máscara y es arte. En todo caso, es el BM una especie de locura, locura relacionada con el deseo propio, diría yo: con el nombre propio, que también se encuentra en ese juego de desapropiación que es dialéctico en el sentido de una locura que no se resuelve en una imagen fija, pues el arte es creación constante. No es la locura de aquel que se ha ensimismado en su delirio, aunque en algún sentido pareciera que Famine apunta a alcanzarla, pero topa con pared cuando para diferenciarse de la masa del BM tiene que remitirse a su condición de sujeto DESEANTE. Lo cual, para su desgracia quizá, lo aterriza un poco de su cielo psicótico, pero le permite situarse en la vicisitud sublimatoria de la pulsión (en una parte de la entrevista dice que El Diablo es pulsión) para hacer una música que definitivamente es única dentro del BM. El deseo hace pausa, el deseo impide lograr la plenitud de una identidad lograda, el deseo implica el vacío del cual va a surgir algo, por eso es importante que se lo distinga del "Being YOUR desire", no porque creamos en un individualismo barato, sino porque sin darse cuenta está diciendo que no se trata de ser el objeto del deseo del Otro, sino que tu obra sea tu deseo, nunca ajena al Otro, pero lo suficientemente distante para surgir con la propiedad que merece.